El mes de septiembre significa para muchas personas, el final de las vacaciones y la vuelta al trabajo. Después de disfrutar de unos días de descanso, es la hora de volver a realizar las actividades habituales del año.

Sin embargo, aunque unos días en la playa o en la montaña practicando actividades al aire libre puede ser una buena manera de recargar las pilas, también puede afectar a nuestros ojos.

En vacaciones solemos pasar más tiempo en espacios abiertos. Además, hay más horas de sol por lo que la exposición de los ojos a la luz es mayor. Si no hemos protegido correctamente nuestros ojos, podemos volver de vacaciones con molestias oculares o alguna complicación más grave.

La mejor manera de proteger los ojos al realizar actividades al aire libre es utilizando gafas de sol homologadas. Las gafas de sol que no cuentan con protección frente a los rayos ultravioleta pueden provocar daños oculares sin que seamos conscientes.

Ojos rojos

Los ojos rojos son algunos de los motivos de visita más frecuentes a los centros de salud y a las farmacias durante el verano. El color rojo suele deberse a la dilatación de los vasos sanguíneos de los ojos, como consecuencia de una irritación. Pueden ser varios los motivos de la misma y, aunque la mayoría no implica más complicaciones que el dolor de ojos y la visión borrosa, en algunos casos, el enrojecimiento se produce como consecuencia de un problema mayor.

La exposición excesiva al aire acondicionado puede provocar sequedad ocular y, como consecuencia de la falta de lágrima, la irritación del ojo. Lo mismo sucede con la exposición prolongada a la luz que emiten los dispositivos digitales. Cuantas más horas se pase frente a la pantalla, mayor es la agresión que sufre el ojo.

La exposición a los rayos del sol sin la protección adecuada, es otro de los motivos de la aparición del ojo rojo. Una exposición excesiva puede provocar fotoconjuntivitis que es la inflamación de la conjuntiva. Puede ir acompañada por fotoqueratitis, una inflamación de la córnea que provoca dolor, hipersensibilidad a la luz y visión borrosa.

Revisión visual

Lo más recomendable, aprovechando el final de las vacaciones, es someterse a una revisión visual completa. Las revisiones visuales deberían ser periódicas para detectar cualquier problema de visión de manera precoz.

Una vez al año deberíamos ponernos en manos del óptico-optometrista para que, a través de unas pruebas rápidas e indoloras, nos confirme el óptico estado de salud visual.

Tras las agresiones a las que sometemos a nuestros ojos en verano (¡no nos olvidemos del cloro de las piscinas!), el mes de septiembre puede ser un mes perfecto para llevar a cabo esa revisión.

En Federópticos, todos nuestros socios son ópticos-optometristas con amplia experiencia. Así que, ya sabes, ¡no esperes más, pide cita y afronta septiembre con la mejor visión!