La baja visión se diagnostica cuando existen limitaciones visuales que obstaculizan la realización de actividades laborales, escolares, académicas o de la vida cotidiana, aun utilizando los métodos ópticos convencionales. Las causas de la baja visión generalmente van asociadas a la edad. Pueden provenir de hipertensión, diabetes o patologías oculares como glaucoma, cataratas o DMAE, que provocan un deterioro de la visión y producen serias limitaciones en la funcionalidad visual.
Hablar de baja visión no es hablar de ceguera. Si una persona es capaz de distinguir formas, tiene posibilidades de rehabilitar su visión para desenvolverse mejor en su vida cotidiana. Existen diferentes soluciones profesionales para mejorar la vida de estos pacientes.
Rehabilitación
La baja visión no pude ser corregida con tratamientos médicos ni con gafas convencionales, sino que precisa de rehabilitación visual.
Consiste en practicar ejercicios y estrategias que ayuden a mejorar la capacidad de visión perdida, como por ejemplo adaptar la situación de iluminación a las necesidades del paciente.
Ayudas para la Baja Visión
Las ayudas para la baja visión son apoyos adecuados para quienes quieren aprovechar sus ojos al máximo. Instrumentos como:
- Lentes de aumento, telescopios o amplificadores de imágenes.
- Lámparas especiales.
- Atriles, marcadores gruesos y reglas para leer.
- Filtros y elementos informáticos que amplían la pantalla.
- Ayudas para la movilidad…
Para mejorar la calidad de vida del paciente con baja visión, la ayuda de la familia y amigos es fundamental. Éstos pueden actuar como un auténtico motor, motivando y potenciando el interés del paciente a la hora de seguir las terapias de rehabilitación y en el uso de ayudas para obtener el mayor partido a su visión.