El 23 de abril se celebra como cada año, desde que lo instaurara la UNESCO en el año 1995, el Día mundial del Libro. En torno a este día, para fomentar el hábito de la lectura, se organizan diferentes actividades. Según los datos presentados recientemente por los editores españoles, un tercio de la población en nuestro país continúa sin leer de forma habitual. Son varias las causas que se apuntan; falta de tiempo libre, falta de interés o preferir otros entretenimientos. El 1,6% de la población no lee por problemas relacionados con la vista. La presbicia puede ser uno de ellos. Por eso, hoy hablamos de presbicia en el Día del Libro.

Presbicia en el Día del Libro

La presbicia, que comienza a hacerse evidente a partir de los 40 años, es la incapacidad para enfocar los objetos cercanos debido a un problema de refracción del ojo. Como consecuencia del paso del tiempo, los tejidos del cristalino se endurecen y pierden elasticidad. Esta condición provoca que el ojo pierda capacidad para ver, de manera nítida, lo que se sitúa a una distancia corta.

El inicio de la presbicia se hace evidente al tratar de leer. Para lograrlo, es preciso ayudarse de un pequeño truco que pasa por ir estirando el brazo hasta que los ojos pueden enfocar correctamente las letras. Aunque esta solución puede usarse en un primer momento o cuando se trata de leer un mensaje del móvil o los ingredientes de un producto en el supermercado, deja de ser útil cuando la presbicia se desarrolla o cuando lo que se quiere leer es un libro.

Si no se corrige la presbicia, la persona termina forzando la visión algo que, después de un tiempo suele provocar otra serie de problemas entre los que los más habituales son los dolores de cabeza.

Gafas de Lectura o Gafas de Cerca

La mejor manera de conseguir una buena visión de cerca es utilizando gafas de cerca o gafas de lectura. Es recomendable acudir a un centro de salud visual como Federópticos para que los profesionales puedan graduar la vista. Basándose en estos análisis, pueden determinar la graduación necesaria para cada ojo. Y es que la evolución de la presbicia suele ser distinta en cada uno. Por eso, las gafas que se venden en bazares, tiendas o incluso en farmacias no suelen ser las ideales ya que disponen de la misma graduación en ambas lentes.

La presbicia también se puede afrontar con gafas ocupacionales o con gafas progresivas si, cuando aparece la presbicia, existe un problema de refracción previo. Tanto las gafas ocupacionales como las progresivas cuentan con una doble graduación en cada lente. Las primeras permiten una buena visión en las distancias cortas y en las medias. Por su parte, las lentes progresivas permiten ver bien en las distancias cortas y en las largas.

La mejor manera de que la presbicia no afecte a nuestro estilo de vida y podamos seguir, entre otras cosas, disfrutando de la lectura, pasa por acudir a revisar la visión y utilizar la solución que mejor se adapte a nuestras necesidades visuales.

¡Feliz Día del Libro!