El 12 de marzo se celebra el Día Mundial del Glaucoma. Se trata de una enfermedad, o conjunto de enfermedades que dañan el nervio óptico pudiendo llegar a provocar ceguera en el peor de los casos. El peligro del glaucoma es que resulta asintomático por lo que la persona que lo padece no es consciente del daño hasta que aparecen los primeros problemas de visión. Afortunadamente detectando a tiempo la enfermedad, es posible evitar que se desarrollen. Por eso hoy dedicamos este artículo del blog Saludvisión a hablar de la prevención del glaucoma.

Prevención del Glaucoma

El glaucoma es una acumulación de humor acuoso en el ojo que provoca una presión en el interior del ojo y afecta al nervio óptico.

El humor acuoso es un líquido transparente, compuesto mayormente por agua, que es generado por el propio ojo. Se sitúa en la parte frontal del ojo; entre la córnea y el cristalino. Su función es muy importante ya que, además de nutrir los tejidos del ojo, contribuye a que se conserve la estructura del mismo.

Como el humor acuoso se genera de manera constante, es preciso que este líquido se evacúe a la misma velocidad. Esta acción se lleva a cabo a través de un área de drenaje situada en un lateral del ojo. Si el drenaje no funciona correctamente, el líquido se acumula. Cuando esto ocurre, la presión interior del ojo aumenta y afecta al nervio ocular.

El nervio ocular es el encargado de transmitir las señales eléctricas al cerebro para que sean interpretadas. La presión provoca que las fibras nerviosas que componen el nervio ocular mueran. Cuantas más fibras nerviosas resulten afectadas, mayor será la pérdida de visión que sufrirá la persona.

La mejor manera de evitar los daños en el nervio óptico pasa por detectar a tiempo la presión intraocular elevada. Para ello, las revisiones visuales periódicas son fundamentales.

Revisión Visual contra el Glaucoma

El glaucoma afecta en nuestro país a unas 800.000 personas. De ellas, casi la mitad lo desconoce. Y es que, aunque existen diferentes tipos de glaucoma, el más habitual es el llamado de glaucoma de ángulo abierto. Este no es doloroso y no causa ningún cambio en la visión en un primer momento.

Las personas con mayor probabilidad de desarrollar glaucoma son las mayores de 40 años y con antecedentes familiares de glaucoma. Haber sufrido una lesión en el ojo, tener miopía o hipermetropía, ser diabético, hipertenso o tener una mala circulación sanguínea también pueden favorecer el desarrollo del glaucoma.

La detección del glaucoma de ángulo abierto pasa por un examen ocular completo en el que se analice la presión ocular (se lleva a cabo con un tonómetro) y el ángulo de drenaje del ojo. El profesional también puede examinar el estado del nervio óptico, el espesor de la córnea y realizar una prueba de visión periférica.

Otro tipo de glaucoma es el glaucoma de ángulo cerrado. Este se caracteriza porque el iris bloquea el ángulo de drenaje. En este casi sí que aparece un dolor agudo en el ojo acompañado por una visión borrosa, dolor de cabeza y náuseas o vómitos. Se trata de una emergencia médica y es preciso acudir a urgencias para evitar la pérdida de visión.

Aprovechando el Día mundial del Glaucoma, ¡revisa tu visión! Acércate a tu Federópticos más cercano y comprueba que tu tensión ocular es la correcta. ¡Mantén el Glaucoma a raya!