La baja visión es la disminución de la agudeza visual y/o del campo visual que impide a la persona que la padece llevar a cabo actividades de la vida diaria. La baja visión puede estar provocada por diferentes enfermedades o patologías oculares y suele ser más común en personas de avanzada edad. Aunque a día de hoy no existe una solución que evite o revierta la pérdida de visión, sí existen ayudas visuales para mejorar la visión de las personas con baja visión. Hoy hablamos de ellas en nuestro blog Saludvisión.

Ayudas Visuales para mejorar la Baja Visión

Se estima que en torno a un millón de personas en nuestro país tienen baja visión y desde el Consejo General de Ópticos-Optometristas están convencidos de que esta cifra se va a incrementar en los próximos años. El motivo es doble. Por una parte, el envejecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida, que va a hacer que haya más personas mayores.  Y por otra, el crecimiento imparable de los niveles de miopía en entre la población más joven que va a provocar que muchos de estos jóvenes desarrollen miopía magna y problemas serios de visión en su etapa adulta.

Además del componente genético, la baja visión puede estar provocada también por algunas enfermedades oculares. Entre las más habituales se encuentran la degeneración macular, el glaucoma, la retinopatía diabética o la retinitis pigmentosa. Estas enfermedades suelen afectar a personas de mayor edad. Por eso, la baja visión se suele relacionar con este sector de la población.

Otra causa de la baja visión no está relacionada con la edad. Los accidentes cerebro-vasculares también pueden provocar baja visión cuando afectan a la parte del cerebro que se encarga de la visión.

Por otra parte, el avance que está teniendo la miopía entre la población juvenil (y cada vez más, la infantil), está derivando en muchos casos en miopía magna. Cuando el ojo miope supera las 6 dioptrías las estructuras oculares se vuelven débiles lo que favorece el desarrollo de problemas visuales graves en la edad adulta como la baja visión. Estos datos llevan a los expertos a creer que, en los próximos años, el número de personas con baja visión aumentará.

Ayudas Ópticas, no Ópticas y Rehabilitación Visual

Dependiendo de la causa de la baja visión, podemos hablar de pérdida de visión central, pérdida de visión periférica, ceguera nocturna o visión borrosa. Determinar el estado de la visión es posible realizando un examen de los ojos con las pupilas dilatadas.

Las gafas o lentillas no suelen aportar una solución a la baja visión. Tampoco lo hacen los medicamentos ni la cirugía. En los casos de baja visión se puede recurrir a una serie de ayudas ópticas, no ópticas o electrónicas. El uso de unas u otras dependerá del resto de visión del paciente, de la tarea que quiera realizar y de la rehabilitación visual.

Entre las ayudas ópticas destacan las lupas y las lupas electrónicas. Estas últimas constan de una cámara y un monitor que permiten aumentar el tipo de letra, ajustar el contraste, el brillo y la iluminación para facilitar la lectura. Los microscopios (lentes convergentes que permiten ver a distancias cortas) y los telemicroscopios también son un apoyo en la baja visión.

Las ayudas no ópticas que pueden contribuir a mejorar la visión son lámparas especiales, marcadores gruesos, reglas para leer o atriles que ayudan a mantener una distancia constante respecto al libro o documento.

A través de la rehabilitación visual, que consiste en la realización de ejercicios y estrategias visuales, se puede mejorar la capacidad de la visión.

Los profesionales del servicio Saludvisión de Federópticos disponen de las ayudas ópticas y no ópticas y de los conocimientos necesarios para trabajar la rehabilitación visual y ayudar a las personas con baja visión a sacarle el máximo rendimiento a la visión de que disponen.