Septiembre es el mes de la vuelta al cole. Los padres preparan el material escolar; libros, cuadernos, mochila, uniformes… para que sus hijos cuenten con todo lo necesario para volver al colegio a estudiar.

Sin embargo, una de las cosas más importantes que hay que preparar, a menudo es pasada por alto. Nos referimos a la vista. El 80% de la información que reciben los niños procede de la vista.

Una mala visión afecta al correcto aprendizaje del niño y es la causa, en muchos casos, del fracaso escolar. Los niños que tienen problemas de visión no pueden realizar correctamente las tareas escolares. Leer, escribir o dibujar se convierte para ellos en algo complicado y frustrante.

Según la Academia Americana de Optometría, una visión deficiente lastra el aprendizaje de los pequeños e influye en sus actividades deportivas. Esta situación les genera una situación de estrés que, si no se resuelve, puede ser el germen del fracaso escolar.

Revisión Visual Infantil

El proceso de maduración visual se inicia en el momento de nacer. Es un proceso dinámico que va sufriendo modificaciones conforme el niño va creciendo. Hasta los 8 ó 9 años la visión no se desarrolla por completo. Cualquier problema de visión que afecte al niño en este tiempo puede afectar al correcto desarrollo de la función visual.

Los problemas de refracción más habituales son miopía, hipermetropía y astigmatismo. También se suelen observar entre los pequeños anomalías de visión binocular, como los estrabismos. Los expertos consideran que es fundamental detectar los problemas refractivos lo antes posible para corregirlos y evitar que vayan a más o que puedan provocar otras complicaciones visuales como la ambliopía u “ojo vago”.

Las revisiones visuales periódicas son fundamentales para detectar cualquier problema de visión de manera precoz.

Mala Visión o TDAH

La mala visión en niños, además de afectar al aprendizaje, influye en la realización de otras tareas imprescindibles en la niñez como los juegos o los deportes. Si los problemas visuales impiden al niño participar en igualdad de condiciones con otros compañeros, seguramente éste se verá relegado. Es decir, la mala visión puede llegar a afectar a la relación con los demás y, como consecuencia, a generar un sentimiento de soledad y frustración.

La dificultad para realizar tareas que sufren algunos niños como consecuencia de un problema de visión no resuelto, le lleva a desarrollar estrés. El estrés se puede manifestar con hiperactividad y distracción por lo que se puede confundir con un Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).

En algunos casos, los niños pueden recibir un tratamiento de TDAH cuando, en realidad lo que les hace tener ese comportamiento son problemas refractivos sin resolver.

Antes de la vuelta a las aulas es importante, con más urgencia si las familias tienen alguna sospecha de mala visión infantil, acudir a un centro de salud visual para comprobar la correcta visión del niño.

Las revisiones visuales infantiles que llevan a cabo los ópticos-optometristas no son invasivas por lo que no provocan molestias.

Unos buenos resultados escolares y un correcto aprendizaje pasan, sin duda, por una buena visión. Pide cita en cualquiera de nuestros centros Federópticos y comprueba la visión de tus hijos de manera rápida y segura.