El 31 de mayo es el Día Mundial sin Tabaco. Se trata de una fecha promovida por la Organización Mundial de la Salud para alertar a la población de todo el mundo sobre los peligros para la salud que se derivan del consumo del tabaco. En nuestro país fallecen 60.000 personas al año como consecuencia de enfermedades provocadas por el tabaco.

Está más que demostrado que las sustancias que contiene el tabaco son dañinas para el cuerpo humano. Además de ser las responsables de todo tipo de cáncer y un buen número de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, también afectan a los ojos.

Empeoramiento del Ojo Seco

El humo del tabaco puede provocar picor e irritación de la superficie de los ojos. Incide de manera directa en la correcta lubricación del mismo. De hecho, empeora los síntomas del ojo seco, una enfermedad que afecta a la superficie ocular debido a un problema con la calidad o la cantidad de las lágrimas.

Las sustancias tóxicas que se desprenden del tabaco al fumar pueden afectar a los ojos agravando patologías oculares como el glaucoma y otras enfermedades inflamatorias como la blefaritis o la conjuntivitis.

Envejecimiento Celular: Cataratas y DMAE

El tabaco acelera el envejecimiento celular por lo que las personas fumadoras, de cualquier edad, presentan un mayor riesgo de desarrollo de algunas enfermedades oculares que, en condiciones normales, serían más comunes entre las personas mayores. Hablamos de las cataratas o a la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE).

Está demostrado que el tabaco provoca y agrava las cataratas. Estas son un 40% más frecuentes en personas fumadoras. El Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas asegura que la pérdida de visión está relacionada con la disminución de nutrientes y antioxidantes que genera el humo y que son los responsables de mantener la transparencia del cristalino que, tras la oxidación, tiende a deteriorarse.

Los estudios realizados demuestran que la DMAE también es más común entre fumadores y exfumadores.

Por otra parte, el nervio óptico puede ser dañado por el tabaco. En él se han descrito algunas neuropatías ópticas tóxicas responsables de una pérdida paulatina de la visión.

En las personas con diabetes, algunos estudios sugieren que fumar puede relacionarse con daños mayores en los vasos sanguíneos de la retina. Esta condición puede provocar el desarrollo de que la persona desarrolle retinopatía diabética que, en el peor de los casos, puede provocar la pérdida de la visión.

Los fumadores pasivos también tienen riesgo de desarrollar problemas de visión como consecuencia de la exposición al humo del tabaco de otras personas.

En definitiva, aprovechando el Día Mundial sin Tabaco, recuerda la importancia de cuidar tu vista y proteger tu salud visual de los riesgos que conlleva el tabaquismo.