La mayoría de las personas solemos acudir a hacernos una revisión visual cuando tenemos un problema de visión. O, mejor dicho, cuando somos conscientes de que tenemos un problema. Y es que, en muchas ocasiones, no sabemos que algo no funciona bien hasta que el problema se hace evidente.

Para poder adoptar la mejor solución, es necesario detectar el problema lo antes posible y determinar qué puede estar causándolo. Por este motivo, es aconsejable la realización de revisiones visuales periódicas. Especialmente a partir de los 45 años.

Ópticas y Revisiones Visuales

La revisión visual es un examen de la vista. Los médicos especialistas de la visión son los oftalmólogos que se encargan del diagnóstico y tratamiento de las patologías relacionadas con los ojos y la visión.

Los ópticos-optometrista no son médicos, pero son profesionales que pueden prevenir, detectar y solucionar problemas visuales. Los ópticos-optometristas están capacitados para llevar a cabo pruebas visuales y analizar los resultados con el fin de determinar el estado de salud de los ojos.

Las ópticas, por lo tanto, son lugares a los que puedes acudir a realizar una revisión visual. El examen  se lleva a cabo a través de la realización de diferentes pruebas visuales. Son pruebas rápidas, sencillas e indoloras.

Pruebas del examen visual

En función de las necesidades del paciente, se pueden realizar diferentes pruebas visuales:

Tonometría: es un examen mediante el cual se mide la presión intraocular. Se utiliza para detectar el glaucoma, una patología del nervio óptico que provoca pérdida de visión. Si se detecta a tiempo se puede evitar la ceguera en un 95% de los casos.

Topografía: es una prueba diagnóstica no invasiva que se emplea para conocer las características de la córnea; su espesor, curvatura, elevación, potencia y relieve. Permite al profesional determinar la idoneidad de diferentes lentes de contacto.

Retinografía: es una fotografía de la retina, la capa de tejido más interna del ojo. La retinografía es una prueba sencilla, rápida e indolora que puede detectar la aparición de algunas enfermedades y de la ceguera.

Campimetría: también llamada perimetría visual, es un examen que se utiliza para valorar las alteraciones del campo visual. Se utiliza principalmente para realizar el control del glaucoma y de otras enfermedades de la retina, como la retinosis pigmentaria.

Agudeza visual: Se analiza la vista a distintas distancias utilizando una tabla, denominada de Snellen, que se sitúa a 6 metros de distancia de la persona.

Con los resultados de las diferentes pruebas, el óptico-optometrista puede saber el estado de salud de los ojos y, en función del mismo, detectar si existe una patología ocular que afecte a la vista. Las personas con tensión ocular, diabetes o alta miopía deben hacer un seguimiento de su salud visual de manera periódica.

También es conveniente acudir al oftalmólogo si detectamos dolor de ojos, lagrimeo o dolor de cabeza tras una jornada laboral.