Las personas que usan gafas para corregir defectos de refracción como la miopía, hipermetropía o astigmatismo, tienen más problemas a la hora de practicar deporte. Las gafas se escurren con el sudor y se descolocan con los movimientos.

En los deportes en los que hay contacto con otros jugadores, cualquier golpe puede hacer que las gafas se caigan o que se rompan. Si los cristales de las gafas se rompen mientras están en la cara, su proximidad a los ojos puede provocar una herida penetrante en los mismos. Este tipo de heridas hay que tratarla inmediatamente ya que puede necesitar cirugía en el peor de los casos.

Pero además de este problema, que es el más grave para la salud visual del deportista, el uso de gafas dificulta la actividad deportiva en la medida en la que afecta a su rendimiento deportivo y supone una carga para el juego en equipo. Las gafas limitan el campo de visión del deportista, algo fundamental para tener una buena visión periférica y obtener la mayor información posible del terreno de juego para tomar las mejores decisiones tácticas.

Lentes de contacto

Por todas las dificultadas presentadas, es evidente que el uso de gafas para la práctica deportiva es un lastre. Afortunadamente se puede superar esta complicación utilizando lentes de contacto graduadas. Cada vez son más las personas que utilizan lentes de contacto para practicar deporte. Incluso los deportistas más jóvenes. Los últimos informes ponen de manifiesto que  ha crecido el número de niños, mayores de 6 años, que comienzan a utilizar lentillas graduadas.

Los beneficios son evidentes. El uso de lentillas favorece la práctica deportiva (son muchos los niños que llevan gafas y que no practican deporte por miedo a romperlas). Además, mejora su visión periférica y esto hace que aumente su campo de visión y pueda incrementar su nivel de juego. Una mayor efectividad, especialmente en el juego en equipo, mejora el reconocimiento de los compañeros y por ende, el nivel de autoestima del jugador.

Para evitar problemas en el cuidado y limpieza de las lentes de contacto, es recomendable que los más jóvenes utilicen lentes de contacto de un solo uso.

Gafas de protección

Hay situaciones en las que el jugador, bien por su edad, o bien por otros motivos, tiene que utilizar gafas. En estos casos, se puede optar por el uso de gafas deportivas de protección. Son gafas ligeras y flexibles que se adaptan a la cara del jugador evitando que se muevan las lentes a la vez que las protege de los golpes. Están hechas con un material muy resistente para evitar que se puedan romper incluso si se produce el impacto de una pelota.

Las gafas están disponibles con y sin graduación y también cuentan con protección ante los rayos UV del sol, lo que las hacen ideales para la práctica de deportes al aire libre.