En ocasiones sentimos cómo uno de nuestros párpados comienza a moverse o palpitar sin que podamos hacer nada para controlarlo. Ese movimiento, que suele pasar desapercibido para otras personas, es percibido por la propia persona como una palpitación o un espasmo.

La contracción rápida, involuntaria y repetida de la musculatura palpebral (músculo orbicular de los párpados) es bastante habitual y se conoce como mioquimia palpebral.

La mioquimia palpebral no suele presentar complicaciones y desaparece del mismo modo en el que aparece, a las pocas horas o después de unos días.  Aunque no se sabe qué mecanismo lo pone en marcha, el temblor podría estar relacionado con la irritación de las fibras nerviosas que rodean el músculo palpebral.

Su aparición puede estar motivada por episodios de estrés, falta de sueño, un exceso de cafeína o por pasar mucho tiempo ante la pantalla del ordenador.

Tratamiento de la Mioquimia

Aunque, como decimos, el temblor de los párpados suele desaparecer después de un tiempo, podemos actuar sobre él para tratar de eliminarlo lo antes posible.

Lo primero que hay que pensar es si estamos sometidos a estrés o si tenemos alguna preocupación que haya podido desencadenarlo. Si es así, sería conveniente relajarse y tratar de tomarse la vida con más calma. También es conveniente dormir las horas suficientes. Dormir bien permite descansar y el sueño genera beneficios en el organismo.

Evitar consumir mucho café o bebidas estimulantes así como alcohol puede ayudar a eliminar el parpadeo.

La mioquimia puede ser el resultado de la sequedad ocular. Por eso, utilizar lágrimas artificiales puede mejorar la humedad del ojo y lograr que se reduzcan o eliminen los espasmos. Otro remedio que suele utilizarse consiste en aplicar compresas frías y calientes, de manera alterna durante unos 10 segundos. De esta manera se mejora la circulación de la sangre lo que ayuda a relajar el músculo.

Estrés y Coreorretinopatía Serosa Central

El estrés, además de desencadenar la mioquimia, también se relaciona con el desarrollo de la coreorretinopatía serosa central. Se trata de la acumulación de líquido debajo de la retina que provoca una disminución de la visión.

En la mayoría de los casos desaparece después de uno o dos meses sin necesidad de tratamiento. Si el derrame no desaparece puede ser necesario un tratamiento con rayo láser o una terapia fotodinámica. En estos casos será necesario un seguimiento periódico de la visión.