Cerca del 80% de los españoles mayores de 18 años padece un problema de visión según los datos que se desprenden del informe “La Visión en España 2020”. El problema más habitual suele ser la presbicia o vista cansada, seguido por la miopía, el astigmatismo y la hipermetropía. En ocasiones, especialmente a partir de los 45 años cuando se desarrolla la vista cansada, una persona puede tener dos o incluso tres problemas de visión de manera conjunta.

Los problemas visuales no corregidos pueden afectar al correcto desarrollo de las actividades habituales y, en algunos casos, llegar a suponer un peligro para la seguridad de la propia persona o de las que se encuentran a su alrededor. Uno de los más significativos es la conducción.

Buena Visión para Conducir

Para conducir es preciso gozar de una buena visión. El 90% de la información que le llega al conductor procede de la vista. Y esta información es crucial a la hora de tomar decisiones necesarias para circular correctamente y de manera segura.

El conductor debe tener información precisa de lo que pasa en la carretera y de lo que sucede en el interior del vehículo. Una mala visión hace que, ante cualquier incidencia, la persona tarde más tiempo en reaccionar y tomar una decisión. Y esto puede suponer la diferencia entre tener un accidente o evitarlo.

La Dirección General de Tráfico advierte a los conductores que normalmente utilizan gafas o lentes de contacto para corregir sus problemas visuales, y así aparece reflejado en el permiso de conducir, que deben conducir con ellas obligatoriamente. En caso de no hacerlo, pueden exponerse a multas de 300 euros.

Hace años era incluso obligatorio llevar en el vehículo unas gafas de repuesto. Aunque hoy en día no es necesario, puede ser una buena opción en los viajes largos o las salidas de varios días.

Mejorar la Visión

Para disponer de la mejor visión en cualquier escenario, proponemos unos consejos.

  • Utilizar gafas de sol polarizadas. Este tipo de gafas evitan los reflejos de los rayos del sol sobre el asfalto o sobre otros vehículos. De esta manera el conductor puede disponer de una visión más confortable durante la conducción.
  • Disponer de tratamiento anti-reflejante en las gafas. Disminuye los reflejos que producen las luces de los otros vehículos, especialmente por la noche. Estos reflejos pueden provocar deslumbramientos que, además de provocar fatiga ocular, pueden ser especialmente peligrosos en determinadas circunstancias.
  • Optar por el uso de lentes progresivas. La mejor solución para que las personas que tienen dos defectos refractivos (presbicia y miopía) puedan ver bien a cualquier distancia, es el uso de gafas progresivas. De esta manera pueden tener una buena visión de lo que está situado lejos en la carretera, como las señales y los carteles de tráfico y, lo que se sitúa próximo al conductor, como la información del tablero.

Una mala visión está directamente relacionada con un mayor número de accidentes de tráfico. Por eso, es preciso revisar la vista de manera periódica para adaptar las gafas o lentillas a las necesidades de visión, que cambian con el paso del tiempo.

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