Esta semana se celebra la fiesta de Halloween. La noche previa al día de Todos los Santos, se ha puesto de moda celebrar esta tradición importada de los pueblos celtas, en la que los participantes se disfrazan de brujas, fantasmas y personajes malvados y terroríficos. Una fantasía “gore” en la que prima la sangre, las calaveras y en la que “la muerte vuelve a la vida”…

La utilización de lentillas de colores es uno de los complementos que dan el toque final al disfraz. En los últimos años se pueden encontrar lentillas blancas, negras, rojas, amarillas, con forma de iris de gato…

Aunque Halloween sólo dura una noche, es muy importante tener en cuenta que los ojos son muy delicados y que cualquier objeto que entre en contacto con ellos, incluidas las lentillas, pueden irritarlos y afectar, si no se actúa con cuidado, a la salud visual.

Para evitar complicaciones lo primero que hay que hacer es adquirir las lentillas de colores en ópticas. Estos lugares están regentados por profesionales de la visión que sólo dispensan productos de calidad que cuentan con todos los controles sanitarios. Además, el óptico-optometrista es la persona que mejor puede aconsejar sobre qué lentillas se adaptan a las necesidades visuales de cada individuo y orientar sobre la importancia de una correcta manipulación e higiene de estos productos.

Las lentillas que se venden a través de internet o en bazares pueden ser más económicas, pero se fabrican sin tener en cuenta cómo afectan a la salud de la persona. En ocasiones, lo barato puede salir muy caro. Y este es uno de esos casos.

Consejos de uso

Antes de situar la lentilla sobre la superficie del ojo, hay que extremar las medidas higiénicas para evitar que los microbios puedan introducirse y desarrollarse. Por ello, hay que lavarse las manos y manipular las lentillas siempre desde las palmas de las manos, evitando dejarlas en cualquier otro lugar; encima de la mesa, sobre la superficie del lavabo…

Las lentillas deben limpiarse siempre con la solución específica que se dispone para tal fin. El óptico será, una vez más, el que indique de la solución indicada. No es agua ni solución salina. Esta solución será también el lugar en el que se guarden las lentillas, después de su uso.

Es imprescindible retirar las lentillas antes de dormir, guardándolas convenientemente para mantenerlas en perfectas condiciones. Sólo así se podrán usar de nuevo sin riesgos.

Si, durante su uso, el ojo empieza a escocer, a picar o se produce lagrimeo constante, es conveniente retirar las lentillas. Una vez extraídas, hay que guardarlas en un dispensador con solución de lentillas.

¡Una última recomendación! Hay que tener mucho cuidado al utilizar lentillas de colores por la noche a la hora de conducir. Cuando hay poca luz, la pupila se dilata. Sin embargo, las lentes de colores pueden impedir que esa dilatación cumpla su función, provocando problemas en la visión. En este caso, habría que retirar las lentillas antes de poder llevar a cabo esta actividad de manera segura.

¡No dejes que la noche de Halloween sea terrorífica para tus ojos!