Volver al trabajo después de las vacaciones no siempre es lo que más nos apetece. De hecho, este momento puede generar en algunas personas, desánimo, cansancio, malhumor o incluso episodios de estrés. Son síntomas de lo que se conoce como síndrome postvacacional.

Un ambiente de trabajo agradable y unas condiciones confortables para realizar el mismo contribuyen de manera decisiva a que la vuelta al trabajo no se haga cuesta arriba.

Pantallas y salud visual

Son muchos los trabajadores que pasan horas delante de una pantalla de ordenador. Durante todo este tiempo su vista se mueve entre la pantalla, el teclado y los documentos que se sitúan sobre la mesa.  Esto es, entre un máximo de 80 centímetros (que son los que suele haber entre la pantalla y los ojos de la persona) y un mínimo de 30. La vista oscila entre una distancia cercana y una intermedia.

Para que los músculos que mueven los ojos puedan descansar del esfuerzo que les supone mantener la visión cercana de manera continua, es conveniente mirar hacia lo lejos cada 20 o 30 minutos. Los expertos recomiendan mirar por la ventana o pasear la vista por el fondo de la sala durante unos segundos para descargar los músculos oculares.

Por otra parte, utilizar dispositivos electrónicos durante varias horas también puede provocar fatiga ocular. Mantener la vista fija en un mismo punto hace que el parpadeo disminuya lo que provoca que los párpados no puedan cumplir su misión que no es otra que la de limpiar la parte exterior de los ojos y mantenerlos lubricados. Como consecuencia de esta falta de lubricación, los ojos enrojecen provocando una sensación de picor, escozor y cansancio.

Lentes ocupacionales

Las personas que tienen presbicia o vista cansada suelen utilizar gafas graduadas para ver de cerca. Aunque este tipo de lentes solucionan los problemas de visión en las distancias cortas (leer, coser…) no son eficaces para realizar un trabajo de oficina. En este caso, tal y como decíamos anteriormente, la vista tiene que hacer transiciones continuas entre una distancia cercana y otra intermedia.

Con frecuencia, las gafas molestan para ver la pantalla por lo que el usuario se las baja para mirar por encima de ellas o se las quita y se las pone continuamente en función de la distancia en la que trabaje.

Para salvar este problema, lo ideal es usar lentes ocupacionales. Estas lentes están diseñadas para ver correctamente a dos distancias; cortas e intermedias. Podríamos decir que son lentes progresivas pero para espacios próximos.

Este tipo de lentes mejoran el confort visual y evitan tanto el cansancio o la fatiga visual como los dolores de cabeza que se producen al tener que realizar un esfuerzo para adaptar los ojos a diferentes distancias en la oficina durante toda la jornada.

Así que, si quieres evitar el estrés postvacacional, ¡piensa en tu comodidad y la de tus ojos!