Más sobre gafas graduadas
- Lentes con filtro de luz azul
- Tratamiento antirreflejante
- Lentes fotocromáticas
- Cristales reducidos
- Qué gafas sientan mejor a mi rostro
Lentes con filtro de luz azul
Las lentes con filtro de luz azul contribuyen a evitar la fatiga ocular que se produce como consecuencia de la utilización excesiva de dispositivos digitales. La fatiga ocular puede provocar molestias o dolor de ojos, sequedad ocular y dolor de cabeza.
El filtro reduce la cantidad de luz azul que llega al ojo. Las lentes que incorporan este filtro favorecen una mayor percepción del contraste logrando una visión más cómoda y un menor estrés visual.
El filtro de luz azul se puede aplicar a gafas graduadas o sin graduar.
Tratamiento antirreflejante
Los rayos de luz que inciden en los cristales de las gafas provocan reflejos. Estos pueden llegar a ser molestos en determinadas circunstancias e incluso peligrosos si se realizan trabajos o actividades al aire libre que requieran una buena visión. La luz artificial de los espacios interiores, y de las pantallas de ordenadores y dispositivos móviles, también pueden provocar reflejos sobre las lentes.
Para evitarlos, se puede aplicar a los cristales un tratamiento antirreflejante. Este tratamiento mejora el contraste y hace posible una visión más cómoda, lo que contribuye a reducir la fatiga ocular y sus consecuencias; lagrimeo, dolor de ojos, visión borrosa o dolor de cabeza.
El tratamiento antirreflejante también se conoce como tratamiento multicapa ya que está compuesto por diferentes capas. Esta característica hace posible que las lentes puedan contar también con tratamiento endurecido (gran resistencia al rayado), tratamiento hidrófobo (repele el agua) y repelente de la suciedad.
Lentes fotocromáticas
Las lentes fotocromáticas son lentes fotosensibles que, gracias a los materiales con los que están fabricadas, se oscurecen o aclaran en función de la cantidad de luz que reciben. Esta cualidad hace posible que se puedan utilizar tanto en espacios exteriores como interiores.
En espacios abiertos, se oscurecen, activándose el filtro ultravioleta que protege los ojos de los dañinos rayos de sol. Cuando las lentes detectan una menor incidencia de luz (en espacios interiores, al anochecer o en días nublados), se aclaran, facilitando una visión perfecta.
Esta propiedad puede aplicarse a cualquier tipo de lente (monofocales y progresivas) y graduación. Aportan una mayor comodidad al usuario.
Cristales reducidos
Las lentes reducidas son aquellas cuyo grosor se ve reducido durante el proceso de fabricación. Así logramos unas gafas más ligeras y los cristales ofrecen una visión normalizada del ojo. Los cristales gruesos, además de ser más pesados, afectan a la imagen personal ya que crean un efecto que distorsiona la forma y el tamaño el ojo. Además, el grosor de las lentes provoca una pequeña distorsión de los objetos que se ven.
El grosor de una lente está directamente relacionado con el índice de refracción de los cristales. Cuanto mayor sea el índice, más delgado será el cristal.
A partir de 2 dioptrías en miopía, hipermetropía o astigmatismo, comienza a ser aconsejable contar con lentes reducidas. A mayor graduación se recomienda un mayor índice de reducción. Las lentes reducidas proporcionan un mayor confort visual.
Qué gafas sientan mejor a mi rostro
A la hora de elegir tus gafas graduadas, no te dejes llevar solo por lo que está de moda. No todas las gafas atractivas que vemos en un escaparate o en un famoso te quedarán como te imaginas. Para acertar, te aportamos unas nociones de visagismo una técnica muy utilizada en el mundo de la moda basada en el análisis del tipo de cara (forma, facciones, color de la piel, de los ojos…) que te ayuda a elegir el maquillaje, corte de pelo o la montura que mejor quede en tu rostro.
A los rostros redondeados suelen sentarles bien las lentes cuadradas u horizontales. Las líneas rectas aportan más protagonismo a la parte superior de la cara, estilizando los rasgos. Una buena opción es que las monturas ocupen el ancho de la cara por lo que las gafas tipo cat-eye son ideales. Estos tipos de rostro aceptan muy bien las monturas grandes.
Las personas con un rostro cuadrado y las facciones marcadas deben optar por monturas redondeadas que suavicen sus líneas. Las gafas redondas u ovaladas son ideales para aportar un mayor equilibrio estético.
Por su parte, a los rostros de barbilla ancha, más rectangulares, suelen quedarles muy bien las gafas con monturas que rompan esa simetría. Las monturas rectangulares son una buena opción y también les quedan perfectas las monturas tipo aviador.
Los rostros ovalados tienen la suerte de que cualquier tipo de montura suele sentarles bien así que pueden optar por líneas curvas, hexagonales, rectangulares o cuadradas. Eso sí, las monturas estrechas que no sobrepasen el lateral del rostro suelen ser la mejor opción.
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