En verano es habitual utilizar gafas de sol. Los días son largos, pasamos más tiempo al aire libre y durante el día hay una gran luminosidad. Utilizamos gafas de sol para proteger nuestros ojos. Pero cuando acaba el verano, ¿debemos guardar las gafas de sol con los bañadores y las toallas de playa?

Por supuesto que no. En otoño también debemos seguir protegiendo nuestros ojos de los rayos del sol.

La función principal de las gafas de sol consiste en proteger los ojos de los rayos del sol. Las gafas homologadas (recuerda, las que se dispensan en centros ópticos) cuentan con cristales con protección frente a la acción de los rayos ultravioleta (UV).

Los rayos ultravioleta son un tipo de rayos muy dañinos tanto para la piel como para los ojos. De hecho, son la principal causa de la aparición del cáncer de piel y pueden tener un efecto nocivo también sobre los ojos si no los protegemos. En este sentido, los rayos UV del sol aumentan el riesgo de desarrollar cataratas y otros problemas visuales.

Esa protección no podemos aplicarla solo en verano. Aunque en otoño e invierno los días son más cortos y hace menos calor, el sol sigue enviando sus rayos, también los ultravioleta, a la Tierra. El uso de gafas de sol se hace especialmente importante en determinadas ocasiones como la práctica de deporte al aire libre, la conducción o la navegación.

Deporte y Rayos de Sol

Las personas que practican deporte al aire libre, como los corredores o los ciclistas, están expuestos durante más tiempo a los rayos de sol. Además, en las calles o carreteras donde llevan a cabo la actividad, los rayos de sol se reflejan en superficies como el asfalto, las carrocerías de los vehículos o los escaparates de las tiendas. El reflejo hace que los rayos incidan con más intensidad sobre los ojos de los deportistas. Por eso, es conveniente que los protejan utilizando gafas de sol.

Punto y aparte es la protección que deben utilizar las personas que practican deportes en la montaña como senderismo, escalada o esquí. Los rayos UV llegan con más intensidad al suelo en elevaciones altas como las montañas. El uso de gafas de sol, a ser posible polarizadas, se hace más que recomendable.

Conducción y Protección Solar

El 90% de la información que recibimos del exterior es a través del sentido de la vista. Los conductores deben ver lo mejor posible y con total nitidez lo que sucede en la carretera para que puedan reaccionar con seguridad ante cualquier imprevisto.

Las gafas de sol homologadas incrementan la sensibilidad al contraste, reducen el tiempo de adaptación a cambios bruscos de luz y disminuyen los deslumbramientos. En definitiva, proporcionan una mayor seguridad a la hora de conducir.

En definitiva, en otoño utilizar gafas de sol sigue siendo muy importante para proteger los ojos y para seguir cuidando la salud visual.