El ojo seco es una enfermedad oftalmológica causada por la falta crónica de lubricación de la superficie ocular. Aunque no es una enfermedad grave sí causa molestias en los ojos y afecta a la calidad visual. El ojo seco no tiene cura pero sí se pueden tratar sus síntomas.

El ojo seco es muy común entre la población. Afecta más a las personas mayores de 50 años y es más habitual en mujeres que en hombres.

La falta de lubricación del ojo se debe a que las lágrimas que producen las glándulas lacrimales no son adecuadas. Las lágrimas están compuestas por tres componentes (oleoso, acuoso y mucoso). Si la cantidad de alguno de estos tres componentes no es la óptima, la calidad de la lágrima se resiente y afecta a la correcta lubricación del ojo.

Síntomas del Ojo Seco

Los ojos que no cuentan con una correcta lubricación, terminan por desarrollar escozor, picor, enrojecimiento y la sensación de que un cuerpo extraño en el interior.

Suele ser habitual la visita a la farmacia para buscar un remedio que alivie el dolor y cansancio de los ojos. El tratamiento en la mayoría de los casos consiste en la utilización de colirios o lágrimas artificiales. También existen pomadas e incluso lentillas hidrofílicas, que tienen mayor durabilidad que los colirios. En ocasiones, los profesionales recomiendan medicamentos oftálmicos que ayudan a que el organismo segregue más lágrimas.

Verano y Ojo Seco

En verano puede agravarse la condición de ojo seco debido a diferentes factores. El principal es el calor que provoca sequedad en el ambiente. Para mitigar las altas temperaturas, en verano se utilizan ventiladores o aire acondicionado en el interior de los edificios o los vehículos. Sin embargo, este tipo de aire es seco y poco conveniente para los ojos porque contribuye a secar la lágrima. Una manera de conseguir ambientes menos secos, siempre que sea posible, es utilizar humidificadores.

El sol y el viento también pueden empeorar las condiciones del ojo seco. En este sentido, es recomendable utilizar gafas de sol al salir a la calle para evitar que el viento incida directamente en el ojo y evapore la lágrima.

Pasar tiempo delante del ordenador y algunos medicamentos (antihistamínicos, antidepresivos…) también contribuyen a agravar los síntomas del ojo seco.

En verano es importante lubricar los ojos de manera frecuente. También es importante mantenerse hidratado (beber abundante agua) y evitar frotar los ojos para no dañar la conjuntiva, algo que puede suceder al arañarlos, sin querer.

Ante una situación continua de escozor o picor ocular es importante acudir al médico para que, a través de determinadas pruebas diagnósticas, éste determine si se padece o no síndrome del ojo seco.