El 12 de marzo es el Día del Glaucoma. Se trata de un día para que los profesionales de la visión conciencien a la sociedad a cerca de la importancia de someterse a revisiones oculares periódicas para detectar el inicio de esta enfermedad lo antes posible. El glaucoma se desarrolla sin previo aviso y, como no produce molestias, suele pasar desapercibido en las fases iniciales. De esta forma, cuando la persona comienza a notar cambios en su visión, ya es tarde para frenar la enfermedad. Este es el principal motivo por el que el glaucoma es la principal causa de ceguera en el mundo.

El Glaucoma causa de Ceguera

El glaucoma es, más allá de una enfermedad, un conjunto de enfermedades oculares que dañan el nervio óptico. La función del nervio óptico es la de trasladar al cerebro la información que recibe el ojo del exterior para que sea interpretada. De esta manera, la visión se produce en el cerebro.

Sin embargo, cuando las células del nervio óptico resultan dañadas, no pueden llevar a cabo su labor de manera correcta por lo que el cerebro no recibe la información necesaria, lo que origina la pérdida de visión.

Las células del nervio óptico no se regeneran por lo que si resultan dañadas, la pérdida de visión es, hoy por hoy, inevitable.

Aunque todavía se desconoce la causa última del desarrollo del glaucoma, su inicio se relaciona con un aumento de la presión en el ojo. Cuando el líquido que se encuentra en el interior del ojo, humor acuoso, se acumula, se produce un aumento de la presión que comprime los vasos sanguíneos y las fibras nerviosas.

Si esta situación se prolonga, puede terminar afectando al nervio óptico.

Prevención del Glaucoma

Las personas mayores de 55 años, con antecedentes familiares, las que tienen miopía o hipermetropía extrema, aquellas que han sufrido lesiones oculares debido a cirugías o las que han utilizado colirios durante un tiempo prolongado, tienen más probabilidad de desarrollar glaucoma.

La única manera de prevenir el desarrollo de esta enfermedad es realizar revisiones periódicas para controlar la presión intraocular. Diferentes pruebas, como la tonometría, la campimetría, la gonioscopia, la oftalmoscopia o la paquimetría, pueden ofrecer al profesional de la visión los datos necesarios que le permitan determinar el estado de la presión del ojo y el estado del nervio óptico, entre otras cosas.

Hoy en día ninguno de los tipos de glaucoma que existen se puede curar y, si no se detectan a tiempo, pueden desembocar en la pérdida de visión.

No obstante, si se diagnostica a tiempo el inicio de la enfermedad, los medicamentos y la cirugía pueden evitar que se desarrolle en el 90% de los casos.

En todos los centros de Federópticos, nuestros profesionales, ópticos-optometristas titulados, disponen de los conocimientos y los instrumentos necesarios para llevar a cabo las pruebas necesarias que determinen el estado de la presión ocular.