La Organización Mundial de la Salud estableció, hace ya más de 30 años, el día 15 de noviembre para sensibilizar y concienciar a la sociedad sobre los peligros para la salud que conlleva el consumo de alcohol.

Según la OMS cada año se producen 3,3 millones de muertes relacionadas con el alcohol ya que, además de ser la causa de casi la mitad de los accidentes de tráfico, está detrás de unas 200 enfermedades y trastornos. En España, el alcohol se relaciona con 20.000 muertes al año.

Alcohol y Visión

El alcohol es una droga que deprime el sistema nervioso. Es absorbido en el aparato digestivo desde donde pasa a la circulación sanguínea que llega a todos los rincones del cuerpo humano. Por supuesto, también a los ojos.

El alcohol provoca que se reduzca el volumen de oxígeno en los glóbulos rojos. En los ojos, esta merma de oxígeno hace que las pequeñas venas que riegan la esclerótica (capa exterior del ojo de color blanco) se dilaten. Por este motivo los ojos adquieren un tono rojizo.

Dependiendo de la complexión de la persona y de la cantidad de alcohol consumido, los efectos del alcohol son más o menos evidentes y afectan a la persona de manera más o menos rápida. En el sentido de la vista, el exceso de alcohol se manifiesta con una visión borrosa o doble.

Los ojos se vuelven sensibles a la luz y manifiestan problemas para adaptarse a los cambios de iluminación. La persona también puede ver halos. Todos estos problemas visuales hacen que sea peligroso llevar a cabo determinadas actividades. Ponerse al volante de un vehículo, especialmente de noche, puede ser muy peligroso.

Otros Efectos en la Visión

A largo plazo, el consumo persistente de alcohol puede provocar problemas más graves en la visión.

El nervio óptico, encargado de hacer llegar al cerebro los estímulos eléctricos que hacen posible la visión, es muy sensible al alcohol. Además, el alcoholismo suele estar asociado a un déficit vitamínico y nutricional. Y este también afecta al nervio óptico, favoreciendo la aparición de la neuropatía óptica.

Esta enfermedad se caracteriza por la pérdida de visión de manera lenta y  progresiva. En el peor de los casos, si no cesa el consumo de alcohol, puede producirse la pérdida total de la vista.

El consumo de alcohol también puede provocar daños en la retina, especialmente en la mácula, la zona que se utiliza para mirar las cosas con detalle y distinguir los colores. La aparición de degeneración macular puede comprometer la salud visual de la persona.

Prevención

España es el segundo país de Europa donde se consume alcohol de manera frecuente. Por eso, la concienciación sobre los peligros que supone esta sustancia, es muy importante.

Desde Federópticos apelamos a la responsabilidad y recordamos que la mejor manera de prevenir los problemas de visión derivados del alcohol es moderando o evitando su consumo.