El otoño está asociado a días más cortos. Las horas de luz se reducen y son más las actividades que, tanto niños como mayores, realizamos en espacios cerrados y con luz artificial. En la calle el ambiente se vuelve frío y el viento y la lluvia regresan pidiendo protagonismo.

La polinización de algunas especies vegetales en esta época del año hace que el otoño sea, después de la primavera, la estación que más afecta a las personas alérgicas. Además de las plantas, los alérgenos que en otoño pueden desarrollar crisis alérgicas son los ácaros, el moho y los hongos.

Las consecuencias de la alergia en otoño son similares a las que se producen en primavera; picor de nariz y de garganta, estornudos y ojos llorosos. Los ojos reaccionan ante la sustancia que les irrita generando histamina para combatirla.  La histamina provoca que los vasos sanguíneos en la conjuntiva se inflamen y los ojos presenten enrojecimiento y lagrimeo.

Para evitar o minimizar los efectos de la alergia, es prioritario evitar o reducir el contacto con la sustancia que afecta a nuestros ojos. Ante la alergia al moho  habría que evitar la aparición de humedad en los baños, cocinas y otros lugares de la casa. Los deshumificadores son muy útiles ya que consiguen reducir la humedad del ambiente.

En caso de que la alergia proceda de los ácaros del polvo, es recomendable ventilar bien las habitaciones y limpiar el polvo a menudo. Si se hace con un paño húmedo, se evita que el polvo se mueva y permanezca en el ambiente. En los colchones se pueden utilizar sábanas especiales para mantener alejados a los pequeños insectos.

Ojos y Vuelta al Trabajo

Una vez que se han dejado atrás las vacaciones de verano, la vuelta al trabajo hace que sean muchas las personas que tengan que pasar gran parte de su jornada laboral delante de la pantalla del ordenador.  Los ojos permanecen expuestos a la luz azul de las pantallas y además deben ajustar su enfoque a una distancia muy cercana durante horas. Todo ello, en oficinas iluminadas de manera artificial debido a que el día tiene menos horas de luz.

Como consecuencia, los ojos reaccionan y comienza el lagrimeo y el picor. Si esta situación persiste provoca el enrojecimiento e inflamación de los ojos. La fatiga visual se presenta con los ojos secos e incluso, dolores de cabeza.

Para evitarlo, es aconsejable descansar la vista cada 20 minutos, alejando la mirada de la pantalla del ordenador y mirando durante unos segundos a un lugar alejado. Lo ideal es levantarse y mirar por la ventana.

Ante cualquier problema en la vista o malestar ocular, es importante acudir al especialista para que valore la situación. Las revisiones periódicas permiten conocer y mantener en orden la salud visual. El otoño es un buen momento para revisar la salud de tu vista. ¡Pídenos cita en cualquiera de nuestros centros de salud visual!