La situación excepcional de confinamiento que estamos viviendo durante las últimas semanas ha provocado que hayamos tenido que abandonar los hábitos y actividades que solíamos realizar fuera de casa, incrementando el tiempo de las actividades que realizábamos dentro.

A los niños les ha sucedido lo mismo. De un día para otro han tenido que dejar de realizar las actividades deportivas y de ocio que realizaban en el parque, la calle o el polideportivo y que ocupaban buena parte de su tiempo. En su lugar, le están dedicando más tiempo al ocio que se puede realizar dentro de casa. Y el ocio, desde hace tiempo, procede en gran medida de las pantallas.

La televisión y los videojuegos son la principal fuente de entretenimiento de los pequeños. Los padres, que habitualmente suelen limitar el tiempo de este tipo de ocio, desde hace días, han relajado sus normas. Eso significa que son muchos los niños que están pasando horas delante de las pantallas de consolas, ordenadores, tabletas o móviles.

Pantallas y Ocio

Fijar la atención en el juego que se desarrolla en una pantalla reduce el número de parpadeos. Por eso, después de un tiempo, los ojos se resienten. La disminución del parpadeo provoca sequedad en los ojos lo que a su vez se traduce en enrojecimiento y en dolor ocular.

Para evitarlo es aconsejable parpadear cada 20 minutos aproximadamente. Es difícil que los niños gestionen su tiempo ya que, mientras están jugando, el tiempo pasa sin que se den cuenta. Una alarma que suene pasado ese tiempo para que avise al niño, puede ser una solución. También se pueden pactar con el niño varios períodos de juego a lo largo del día, pero espaciando el tiempo entre uno y otro y promoviendo otro tipo de actividad entre medias.

Luz Solar para los Ojos

Es muy importante que los niños salgan a la terraza, el balcón o incluso se asomen por la ventana de manera frecuente para que sus ojos puedan recibir luz solar. Y es que, está demostrado que la luz del sol estimula la liberación de dopamina en la retina y ésta hace que se bloquee el alargamiento del ojo que se produce durante el desarrollo. Si la iluminación no es suficiente para estimular la fabricación de dopamina, se puede interrumpir el correcto desarrollo del ojo.

La menor exposición a la luz del sol por parte de los niños, que en los últimos años pasan menos tiempo jugando en la calle, está provocando que muchos de ellos estén desarrollando miopía. De hecho, los considerados “nativos digitales” (nacidos tras el año 2000) son más miopes en número de afectados y en número de dioptrías y además lo son desde más pequeños.

El uso excesivo de las pantallas digitales en detrimento de los juegos al aire libre, están creando una generación de miopes. Por esto, y aunque no podamos luchar contra este tipo de ocio, sí podemos tratar de regularlo proponiendo otro tipo de actividades lúdicas. La implicación de las familias en este sentido, que deben dedicar tiempo a jugar con ellos, es muy importante.

Otra recomendación que podemos hacer es que se juegue con las mejores condiciones posibles para la vista. El juego se debe realizar en lugares bien iluminados, preferiblemente con la luz del sol. El brillo de las pantallas debe reducirse para evitar que los ojos se resientan. Y es importante que la distancia de la pantalla al ojo no sea inferior a 35 centímetros.

Y si el niño se frota los ojos de manera constante o empieza a desarrollar lagrimeo, es el momento de parar el juego para que su vista pueda descansar.