Los medicamentos suponen uno de los grandes logros de la Humanidad ya que han contribuido a erradicar enfermedades y han salvado la vida de millones de personas.

Los antibióticos tópicos se utilizan para combatir las infecciones causadas por bacterias. Matan las bacterias o impiden que se reproduzcan.

Los antibióticos tópicos, ya sea en forma de colirios o de pomadas, se utilizan en oftalmología para tratar las conjuntivitis bacterianas, las blefaritis (inflamación de los párpados que puede estar producida por una infección), los orzuelos y la queratitis (inflamación de la córnea del ojo).

Problemas de visión

Sin embargo, no todos los antibióticos son positivos para la vista. Algunos medicamentos que se utilizan para tratar infecciones, pueden terminar afectando a los ojos y a la visión.

Los antihistamínicos, antihipertensivos y anticancerígenos son algunos de estos medicamentos. Pueden provocar visión borrosa, disminución visual, cambios en la graduación y hasta glaucoma o cataratas.

Entre los medicamentos que pueden afectar a la cantidad de visión, destacan los antihistamínicos, antidepresivos, antihipertensivos, anticancerígenos, diuréticos, corticosteroides y anticonvulsivantes.

Entre los que afectan a los ojos provocando un aumento de la sensibilidad a la luz podemos nombrar los antiarrítmicos, antipsicóticos, antiinflamatorios y tranquilizantes.

Por su parte los bifosfonatos corticosteroides y los fármacos que se utilizan para tratar el virus VIH, pueden llegar a provocar queratopatías, retinopatías, maculopatías, neuropatías ópticas, glaucoma y cataratas.

Una investigación llevada a cabo en Canadá señaló que el uso de ciertos antibióticos que pertenecen a las denominadas fluoroquinolonas parece asociarse con un riesgo mayor de sufrir desprendimiento de la retina, una emergencia médica muy grave que puede llevar a la ceguera.

Uso prudente de antibióticos

Los antibióticos, tomados en su justa medida, aportan beneficios a la persona. El problema aparece cuando se abusa de los mismos. Esto provoca que las bacterias se vuelvan resistentes y sean más difíciles de tratar (superbacterias).

El 18 de noviembre se celebra el día Europeo para el uso prudente de los antibióticos.