Este año, debido a la pandemia de COVID, los calendarios de muchas competiciones deportivas se han visto modificados. Por este motivo el Giro de Italia, que acaba de finalizar, ha coincidido en sus últimas seis etapas con la Vuelta Ciclista a España. Los aficionados a la bici están teniendo la oportunidad de disfrutar cada tarde de un buen espectáculo deportivo en el que participan los mejores ciclistas del mundo.

En nuestro país son muchos los aficionados al mundo del ciclismo. Algunos pertenecen a clubes ciclistas y organizan salidas conjuntas para rodar por las carreteras los fines de semana. Otros utilizan la bicicleta para dar paseos en sus ratos libres o, cada vez más, para desplazarse de un lugar a otro, evitando el uso del coche.

Visión y Ciclismo

Disponer de una buena visión es fundamental para poder disfrutar del ciclismo y evitar caídas y accidentes. La práctica del ciclismo se realiza al aire libre. Por este motivo, es muy importante contar, entre la equipación básica, con unas buenas gafas de sol.

Las gafas son tan importantes como el casco ya que van a permitir al deportista disponer de una información fiable sobre el estado de la carretera, el camino o el lugar por el que se circule. Una buena visión es imprescindible para que el ciclista pueda tomar la decisión adecuada ante cualquier imprevisto, de la manera más rápida y segura.

Las gafas suponen una protección ya que impiden que puedan introducirse en los ojos elementos extraños como polvo o insectos que pueden ser movidos por el viento.

Las gafas más recomendables son las envolventes ya que permiten disponer de una mejor visibilidad lateral y ofrecen una mayor protección ocular. Por otra parte, si queremos evitar los reflejos del sol, que suelen producirse al rodar sobre asfalto, deberemos elegir cristales polarizados. Y para lograr una buena protección contra los rayos ultravioletas, es recomendable que los cristales cuenten con filtro 2 ó 3.

Otra recomendación es elegir cristales anti-vaho para evitar que la respiración dé lugar a que se empañen las gafas. Algo que, más allá de ser algo incómodo para el deportista, en el caso de los ciclistas, puede resultar muy peligroso.

Ciclismo y Salud Visual

Montar en bicicleta es positivo para mantener una buena salud visual. La práctica aeróbica contribuye a disminuir la presión arterial por lo que mejora la circulación de la sangre.

La retina está formada por pequeños vasos sanguíneos que suministran, a través de la sangre, nutrientes y oxígeno al ojo. Una buena circulación sanguínea contribuye, por lo tanto, a que el ojo cuente con el oxígeno y los nutrientes que necesita para poder llevar a cabo un correcto funcionamiento y evita la aparición de problemas en la retina.

Realizar ejercicio retrasa el envejecimiento y los problemas derivados del mismo. Entre otros la aparición de cataratas y la degeneración macular.

Además, montar en bici al aire libre permite obtener del sol la vitamina D necesaria para preservar las funciones visuales de la retina. Así se desprende de los últimos estudios realizados. Previene la degeneración macular asociada a la edad y protege los ojos de la inflamación.

El ciclismo obliga al deportista a mirar hacia lo lejos, algo que contribuye a que el ojo descanse después de que, debido al uso de los dispositivos electrónicos utilicemos la vista cercana durante muchas horas al día. Por otra parte, pasar tiempo al aire libre es una manera de luchar contra el desarrollo de la miopía, especialmente en los niños y jóvenes.