La palabra ergonomía, según la Real Academia Española, es el estudio de la adaptación de las máquinas, muebles y utensilios a la persona que los utiliza habitualmente para lograr una mayor comodidad y eficacia. En este sentido, cuando hablamos de ergonomía visual nos referimos a la adaptación de los espacios que utilizamos habitualmente para trabajar o estudiar con el fin de lograr que los ojos puedan disfrutar de unas condiciones óptimas para llevar a una visión cómoda y eficaz. Hoy hablamos de los beneficios de la ergonomía visual.

Agresión Visual en la Oficina

Permanecer durante horas delante de la pantalla de un ordenador puede suponer una suerte de castigo para la vista por distintos motivos.

Por una parte, para mantener el enfoque a una misma distancia, los músculos oculares tienen que hacer una fuerza o presión constante. Después de un tiempo, como ocurriría con cualquier otro músculo del cuerpo, aparece el cansancio. Este se manifiesta con dolor o entumecimiento. Llegados a este punto, los ojos dan señales de necesitar un descanso. Cerrarlos o frotarlos aporta cierto alivio.

Por otra parte, la luz que emiten las pantallas también supone una agresión para los ojos. Este tipo de luz, denominada luz azul, puede provocar fatiga y estrés visual. Algunos estudios señalan que la luz azul puede afectar a las células que se encuentran en la mácula.

Si a estas agresiones les sumamos una postura incómoda frente al ordenador, una iluminación insuficiente de la habitación, una mala ventilación o una distancia incorrecta ante la pantalla, es más que probable que se terminen desarrollando problemas de visión. De hecho, al conjunto de complicaciones visuales que aparecen como consecuencia de la suma de todos los factores citados, se le conoce como Síndrome Visual Informático.

Los síntomas de este síndrome son sequedad ocular, enrojecimiento de los ojos, lagrimeo, aumento de la sensibilidad ante la luz y, en algunos casos, el desarrollo de problemas de visión o dolores de cabeza.

Beneficios de la Ergonomía Visual

Proteger la visión ante las agresiones es fundamental para mantener una buena la salud visual. La ergonomía visual recomienda adaptar los espacios en los que pasamos tiempo para que los ojos puedan llevar a cabo su labor de una manera confortable.

En este sentido, es recomendable trabajar en una habitación con luz natural. La ventana debería situarse a la izquierda de la mesa de trabajo para evitar sombras molestas al escribir (si la persona es zurda, la ventana debería situarse a la derecha de la mesa) y que la luz pueda incidir en la pantalla del ordenador provocando reflejos incómodos. Si la ventana se sitúa detrás del escritorio, para tamizar la luz y evitar esos reflejos, se puede recurrir a la utilización de cortinas o estores.

Hay que evitar que la pantalla del ordenador tenga mucho brillo y contar con la mejor resolución posible. Y para proteger los ojos frente a la luz azul que emiten las pantallas, se pueden utilizar gafas con filtro, que aportan confort visual.

La habitación debe ventilarse a diario y es conveniente evitar el exceso de calefacción o aire acondicionado, ya que favorece que los ojos se resequen. Un humidificador o la utilización de gotas para los ojos pueden utilizarse en espacios resecos para mantener los ojos lubricados.

Por otra parte, es conveniente sentarse adecuadamente frente a la pantalla. La espalda tiene que permanecer apoyada en el respaldo de la silla y los dos pies en el suelo o sobre un reposapiés. La distancia hasta la pantalla debe ser de unos 50-60 centímetros y es recomendable que la parte superior de la pantalla esté ligeramente por debajo de la línea de los ojos.

La ergonomía visual facilita a los ojos realizar su función de una manera más cómoda y eficaz, facilitando el desarrollo de problemas visuales.