El próximo 28 de abril se celebra del Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo. En esta ocasión, la OIT (Organización Internacional del Trabajo) celebrará que se haya incluido, en el marco de principios y derechos fundamentales, el derecho a que el trabajador disponga de un entorno seguro y saludable. En algunos puestos de trabajo hay que extremar las precauciones para evitar que se produzcan accidentes. Algunos de estos accidentes afectan a los ojos y, por tanto, a la salud visual. Hoy queremos analizar cuáles son las principales agresiones visuales en el entorno laboral.

Agresiones Visuales en el Trabajo

Los ojos, órganos de los que depende la visión, se encuentran ubicados en una posición vulnerable. Por este motivo es necesario protegerlos convenientemente para evitar que sufran daños.

Las lesiones más comunes que se producen en el entorno laboral son golpes en los ojos, arañazos, quemaduras por productos químicos o aceite o daños por las virutas que salen disparadas por la acción de diferentes herramientas.

Según datos extraídos del Ministerio de Trabajo, en los primeros meses de este año, se han producido 13.100 lesiones superficiales por cuerpos extraños en los ojos y 1.395 lesiones debido al contacto con sustancias peligrosas en la piel y los ojos. Estas lesiones pueden ser leves o graves pudiendo provocar estas últimas, problemas de visión e, incluso el desarrollo de alguna discapacidad visual.

Existen otras agresiones visuales que pueden pasar desapercibidas porque no producen heridas o traumatismos, pero que también afectan a la salud visual. Los trabajadores que pasan su jornada laboral al aire libre están expuestos a los dañinos rayos ultravioleta del sol.  Por otra parte, trabajar frente a la pantalla de un ordenador también puede perjudicar la salud visual ya que la luz azul que emiten las pantallas puede provocar, después de un tiempo de exposición, fatiga visual informática.

Protección Visual en el Entorno Laboral

La mayoría de las lesiones que se producen en el entorno laboral se podrían evitar utilizando protección tal y como indican los profesionales del Colegio nacional de Ópticos-Optometristas. Y la protección pasa por el uso de gafas especiales.

Los trabajadores de entornos industriales deberían contar, en función de la labor a desempeñar, con gafas de seguridad o pantallas con filtro de protección. Las gafas son consideradas EPIs por lo que su uso es obligatorio.

Existen dos tipos de gafas de seguridad. Las primeras están indicadas para la realización de trabajos con riesgos mecánicos y protegen los ojos de la proyección de partículas que se producen en el trabajo. Están recomendadas para albañiles, herreros, mecánicos o para el desarrollo de algunas labores agrícolas.

Las segundas están indicadas para la realización de trabajos de riesgos no mecánicos en los que se pueden producir salpicaduras de productos químicos o biológicos.

Los trabajadores que pasan su jornada laboral a la intemperie deben proteger sus ojos del sol. La incidencia de los rayos ultravioleta durante horas sin protección puede provocar fotoqueratitis y favorecer el desarrollo de cataratas o DMAE (Degeneración macular asociada a la edad). La mejor opción en este caso pasa por el uso de gafas solares con un filtro elevado de protección solar. Las gafas envolventes protegen los ojos evitando la entrada de pequeños objetos o insectos, especialmente en los días de viento.

En el otro extremo se sitúan los trabajadores que pasan su jornada laboral en interiores y utilizando ordenadores. Para ellos la agresión procede de la luz azul de las pantallas y de realizar un esfuerzo permanente para enfocar la mirada a una misma distancia durante horas. En su caso, las gafas con filtro de luz azul y la ergonomía visual son las mejores opciones para minimizar las agresiones visuales.